Frente a las quejas de los vecinos por el último evento de rock -desarrollado en el afiteatro Cocomarola el fin de semana pasado-, el Instituto de Cultura dio a conocer a través de un comunicado, que se tomarán nuevas medidas para evitar molestias.
El texto dice que a partir de la fecha (ayer) “se extremará los recaudos en relación a espectáculos que puedan generar inconvenientes a los vecinos. La cesión de dicho espacio quedará reducida a actividades organizadas exclusivamente por el Instituto y los compromisos contraídos previamente, como en el caso del espectáculo Abel Pintos, con fecha para el 19 de noviembre”.
Consultado sobre el mismo, el Presidente del Instituto de Cultura aseguró a este medio que de cara al Taragüí Rock “se está diseñando un sistema para no molestar a los vecinos” que incluye la protección de la calle (Santa Cruz) que nos une con ellos. Además de prever la colocación de baños químicos en las veredas.
De la misma forma señaló que “en nuestro sistema de seguridad nunca hubo un problema y menos ahora que son dos días y con bandas muy tranquilas. Tendremos un horario acotado de 18 a 01”
Este medio, en su edición del jueves pasado (06 de septiembre) en la nota “Crece preocupación vecinal por disturbios en torno al Cocomarola”, escuchó a los vecinos que presentaron los reclamos realizados ante instituciones gubernamentales, tanto de la administración provincial y municipal como también ante la Defensoría de los Vecinos. Así como las reiteradas denuncias por intentos de robo en la comisaría Séptima, un pedido de audiencia con el Gobernador, un expediente ante el Municipio capitalino y la remisión de una carta, impulsando la necesidad de trasladar estos espectáculos a otra parte de la ciudad, ante el Instituto de Cultura de la Provincia.
Con el recital del último fin de semana volvió el enojo de los pobladores, quienes encontraron sus casas prácticamente cercadas por vallas, con cientos de personas de otros puntos del país ocupando los espacios públicos por varios días.
Por otra parte, los vecinos destacaron que no se manifiestan en oposición a la realización de otro tipo de eventos en el anfiteatro, como la Fiesta del Chamamé, que se desarrolla con más tranquilidad. Pero sí creen que la única solución a este problema (los eventos de rock) deben ser trasladados a espacios como campos deportivos o el Corsódromo.